Resumen
Es necesario recordar que cualquier persona con el VIH puede solicitar una plaza en una
residencia y que las barreras de acceso a un centro residencial no están justificadas. A veces,
debido a la regulación normativa de las Comunidades Autónomas sobre servicios sociales, se
producen situaciones de discriminación por el hecho de incluir a las personas con el VIH en la
calificación de “enfermedad infectocontagiosa”, que es una de las cláusulas de exclusión en el
acceso a estos recursos. Este mismo requisito también se aplica en las residencias privadas, que
justifican esta decisión en la imposibilidad de compartir habitación con una persona que no tenga el VIH.
Este razonamiento discrimina a las personas con el VIH y refleja, además, una barrera actitudinal
basada en prejuicios, estigma y falta de actualización sobre la evidencia científica del VIH.