Resumen
En 1990 un grupo de madres de chicos con VIH/sida y de sanitarios implicados con ellas pusieron en marcha el Comité Ciudadano Anti-Sida de Burgos, que lleva desde entonces apoyando a un colectivo muy estigmatizado desde la aparición en 1981 de los primeros casos de esta enfermedad. Vinculada al principio a los
consumidores de drogas por vía intravenosa y a los
homosexuales, ni siquiera el conocimiento científico -
que ha demostrado ya hace muchos años que se trata
de una patología que tiene prácticas y no grupos de
riesgo- ha terminado con el ostracismo social que condena
a quienes reciben el diagnóstico. El Comité ha sido
desde entonces el hombro en el que se han apoyado,
la mano extendida con la que han tenido una muerte
digna, la voz que se ha alzado en su nombre a exigir
los derechos que se les negaban, la casa en la que refugiarse
cuando estaban en la calle y el Pepito Grillo que
ha explicado sin descanso a la sociedad burgalesa qué
es esta enfermedad, cómo se transmite, cómo se previene
y cómo se puede tener una vida digna con ella.