Resumen
En 1977, Hervé Guibert escribe en La mort propagande : « Mon corps, soit sous l’effet de la jouissance, soit sous l’effet de la douleur, est mis dans un état de théâtralité, de paroxysme,
qu’il me plairait de reproduire, de quelque façon que ce soit : photo, film, bande-son ». En los años 90, esas palabras liminares toman carácter programático mientras el cuerpo de Guibert,
autor multidisciplinario seropositivo, se descompone bajo los focos exhibicionistas de sus «escritos del sida », À l’ami qui ne m’a pas sauvé la vie y Le protocole compassionnel, y de su telefilm « autocorpográfico » La pudeur ou l’impudeur. Aunque el sida, más que un funesto motivo creativo, deviene en Guibert el vector de una ineludible (a)sexualización del cuerpo enfermo. En manos de sus cuidadores, Guibert escribe que « la nudité est devenue autre chose, elle est asexuelle, le sexe n’a désormais pas plus de valeur qu’un doigt, ou les cheveux », mientras que ante la
cámara el enflaquecimiento de su cuerpo masculino adquiere sutilmente las curvas de la feminidad y su sexo se disimula en las zonas sombrías de las escenas. Este artículo efectúa una «
lectura-espectatura » entrecruzada por esta dinámica de (a)sexualización – textual y televisual – del cuerpo guibertiano. Escenas-clave de los « escritos del sida » son puestas en diálogo intermedial con su telefim, siguiendo el filón crítico de la performatividad corporal genderizada de Judith Butler. Paralelamente, se interroga el alcance poético e iconográfico de la representación mediática del cuerpo enfermo, explorando vías de aprehensión de las relaciones textos-imágenes de la corporalidad