Resum
La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un importante problema de salud mundial(1). Los casos de infecciones en Pediatría se producen fundamentalmente por transmisión vertical, a través de una madre con VIH, siempre que esta no reciba tratamiento antirretroviral combinado (TAR) para evitar la transmisión del virus a su recién nacido. La realización del test de VIH en el embarazo y la práctica de los protocolos de prevención de la transmisión maternoinfantil han disminuido las nuevas infecciones de niños que nacen en nuestro medio, siendo los nuevos casos, aquellos que han nacido en otros países distintos al nuestro y que vienen a nuestro país con sus familias biológicas o bien con familias adoptivas mediante adopción internacional(2). Sin TAR, la infección VIH produce un deterioro del sistema inmune, de modo que el niño presenta: infecciones bacterianas de repetición, fallo de medro, afectación neurológica y disminución de su esperanza de vida(3). Los nuevos fármacos antirretrovirales han hecho que se modifique el curso de la infección, disminuyendo la morbilidad y mortalidad(4) y normalizando la calidad de vida. Este tratamiento está indicado de forma universal(5) y debe realizarse de por vida. El efecto del tratamiento debe monitorizarse, ya que el objetivo del mismo es conseguir que este sea capaz de controlar la replicación viral y que no produzca toxicidad a corto y largo plazo(6,7). El seguimiento del niño con VIH debe hacerse por un equipo multidisciplinar, compuesto por un pediatra especializado en VIH, así como otros profesionales de la salud, como son: personal de enfermería, psicólogos, trabajadores sociales, que traten al niño y den apoyo a las familias(3). El pediatra de Atención Primaria será uno de los profesionales que participe en la atención de estos niños. En el niño con VIH, se deben realizar los controles de salud inculcándose hábitos saludables en alimentación y ejercicio, así mismo debe recibir el calendario de vacunación completo, estando indicado la vacunación frente a: neumococo, meningococo, papilomavirus, varicela, hepatitis A y gripe estacional(8). La infección VIH actualmente es una infección crónica y al paciente se le debe preparar para una vida de adulto en la que sepa asumir su diagnóstico, conozca plenamente en qué consiste la infección VIH, cuáles son las formas de contagio y sea consciente de la importancia de la toma del TAR para tener una vida plena(9). Por último, no debemos olvidar a la población adolescente; así, uno de los retos actuales para los profesionales de salud que atienden población en edad pediátrica y preadolescente, es trabajar en la prevención de la infección VIH, intentando evitar las nuevas infecciones en este grupo etario, para lo que es imprescindible ofrecer educación sobre las vías de infección del VIH.