Resum
Este ensayo explora la disonancia que experimenta un hombre gay que vive con VIH/sida al enfrentarse a las teologías sacramentales cristianas -en particular, la Comunión- en un contexto donde ingerir cuerpo y sangre es simbólicamente central pero prácticamente desaconsejado. A partir de su experiencia personal y de metáforas heredadas del trabajo minero, el autor reimagina las tradiciones eucarísticas (Conmemoración, Consubstanciación, Transubstanciación) como «vetas» teológicas que pueden ser excavadas, desmontadas y refinadas. Desde una mirada queer, la Comunión se convierte en un recurso para repensar la vida espiritual, sexual y política de los varones gays. Más que reparar doctrinas, se propone una excavación disidente del sentido.