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Notas de prensa

Educación sexual: ¿Platón o Facebook?

12/04/2011

Eva Soto Rubio, responsable del proyecto Evalúa+ de SIDA STUDI, reflexiona sobre el acceso a la información sobre sexualidad de los jóvenes

  • Eva Soto Rubio

En los años 80 empezamos a oír hablar de Internet en Cataluña. Llegó para no dejarnos. También durante los 80, se declararon los primeros casos de sida en nuestro país, y como Internet, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) tampoco nos ha dejado.

Ha pasado mucho tiempo desde la irrupción de los ordenadores de pantalla verde y software MS DOS que sólo algunas mentes privilegiadas dominaban, hasta el momento actual en que los más pequeños de casa son los dueños de la informática e Internet. También ha pasado mucho tiempo de aquellos primeros diagnósticos de sida, en un contexto en el que aún no se sabía casi nada de la enfermedad ni del virus que la causa, llevándose miles de vidas en el mundo cada año.
 
Durante los últimos 30 años, tal como ha pasado con las tecnologías de la información, ha habido grandes avances científicos -principalmente farmacológicos en el caso del VIH- que han permitido la disminución de la mortalidad debido a la sida y han mejorado exponencialmente la calidad de vida de las personas infectadas, aunque no de una forma homogénea en todo el planeta.

En este mismo periodo, Internet se ha convertido en la principal fuente de búsqueda de información en todo el mundo. Pero en Internet podemos tan pronto encontrar información muy buena y adecuada como información incorrecta y, incluso, perjudicial. La información sobre el VIH y la salud sexual en general no es una excepción, por lo que muchas veces encontramos datos precisos y muchas otras encontramos información imprecisa o, en el peor de los casos, que confunde y fomenta la discriminación hacia las personas con VIH.

Los y las jóvenes que actualmente están en los institutos y otros centros educativos cursando la ESO han crecido con el Messenger, el Facebook y las redes sociales como forma inmediata de comunicarse e intercambiar todo tipo de contenidos, y Google y Wikipedia como fuentes de información principales. Se está perdiendo la costumbre de preguntar en casa, en el entorno familiar y los maestros, como venimos haciendo desde la Antigua Grecia, dejando de lado una tradición en que los conocimientos los transmiten los mayores, los más sabios y los maestros hacia sus discípulos.

Son muchos los y las jóvenes que recurren a Internet como única fuente de información[1] -más allá de sus iguales- para informarse sobre aspectos relacionados con la sexualidad, como pueden ser el VIH/sida u otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Desde las escuelas y el entorno familiar a menudo miramos hacia otro lado, porque parece ser que la sexualidad y más concretamente el VIH siguen siendo temas de los que evitamos hablar. Muchas veces no sabemos qué decir ni cómo lo tenemos que decir, y más cómodo es dejar a los jóvenes sin respuestas, y con la única posibilidad de encontrar esta información en Internet.
 
Los datos nos dicen que la realidad es que cada vez los jóvenes se inician antes en las relaciones de pareja. Un estudio[2] reciente dice que el 30% de los jóvenes que cursen 3º o 4º de ESO ya han mantenido relaciones sexuales con penetración. A la vez, otro estudio[3], dice que alrededor de 47.500 chicas menores de 19 años han recorrido durante el 2010 en la píldora del día después para evitar un posible embarazo no planificado. Dicho de otro modo, en Cataluña cada día 130 chicas menores de 19 años utilizan este fármaco para evitar un posible embarazo, y por lo tanto, diariamente al menos 260 jóvenes mantienen relaciones sexuales de riesgo tanto de embarazo como de exposición al VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Por otra parte, no es ninguna sorpresa, ya que los datos de ITS[4] y VIH[5] se han mantenido estables en los últimos 5 años en este grupo de población.

Afortunadamente, no todos los datos son negativos. También hay estudios que nos demuestran que la promoción de la sexualidad saludable que se hace en los centros escolares es efectiva[6], ya que los y las jóvenes adquieren mayores conocimientos sobre los métodos anticonceptivos, aprenden a utilizar el preservativo como método preventivo para todos los posibles riesgos relacionados con la sexualidad ya la vez mejoran sus relaciones personales reduciendo las desigualdades sociales respecto al género, a las personas que viven con VIH y creando una mayor conciencia respecto a su sexualidad y su propio cuerpo.

La ley, siempre alejada de la realidad, ya contempla que la educación sexual debe ser incluida en el currículo escolar, pero la realidad, es que muchas veces no se hace efectiva, de manera que las intervenciones sólo llegan gracias a aquellos centros o maestros que lo consideran necesario y ponen voluntad, dejando a mucha gente joven sin el acceso a esta información por parte de docentes, madres y padres.

Antes de que sea demasiado tarde, tendremos que plantearnos y escoger cuál es el modelo que queremos fomentar para los y las jóvenes de nuestra sociedad. Un modelo 'Platón', donde el conocimiento se da a partir de una información científica y empírica contrastada y transmitida a través de los profesionales y el entorno familiar a lo largo de los años. O un modelo 'Facebook', donde a través de internet el y la joven accede sin filtro a informaciones, vídeos, imágenes que como mucho pueden elegir entre "me gusta y no me gusta". Siendo optimistas, seguramente, entre ambos, podemos encontrar un punto medio donde la herencia y la modernidad se complementen.

 


 

[1] SIDA STUDI (2011). Resultados Prevenir per gaudir (2010-2011). No publicado.

[2] Puente, D.; Zabaleta, E. Rodríguez-Blanco, T. (2011). Gener differences in sexual risk behavior among adolescents in Catalonia, Spain. Gaceta Sanitaria, 25, 13 - 19

[3] Conselleria de Salut. Generalitat de Catalunya (2011)

[4] Datos extraídos del EDO. Institut Nacional d'Estadística (2005-2009)

[5] CEEISCAT. Generalitat de Catalunya (2010)

[6] Carrera-Hernández, M.A.; Lameiras-Fernández, M.; Folktz, M.L. (2007). Evaluación de un programa de educación sexual con estudiantes en Educación secundaria obligatoria. International Journal of Clinical and Health psychology, 3, 739-751

   Férnandez, S.; Júarez, O.; Díez, E. (1999). Prevención del sida en la escuela secundaria: recopilación y valoración de programas. Revista Española de salud Pública, 6, 687 - 696

   Hérnandez-Martínez, A.; García-Serrano, I.; Simón-Hernández, M. et al. (2009). Efectividad de un programa de educación sexual en adolescentes acerca de la adquisición de conocimientos y cambios de actitud ante el empleo de métodos anticonceptivos. Enfermería Clínica, 19, 121 - 128

    Rebull, J.; Reverté, M.; Piñas, I. et al (2003). Evaluación pre-post de una actividad preventiva de la infección por VIH dirigida a los adolescentes de las comarcas del sur de Tarragona. Revista Española de Salud Pública, 77, 373 - 382

     SIDA STUDI (2010). Resultados Prevenir per gaudir