Resumen
Hace 30 años, el 05 de junio de 1981, se publica el reporte de 5 casos de neumonía por Pneumocistys carinii, en la ciudad de los Ángeles - USA, en varones homosexuales(1). En la nota editorial que acompaña el informe, sugieren la presencia de un defecto de la inmunidad celular y que podría tratarse de una enfermedad de transmisión sexual. El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), crea un equipo de investigación para evaluar los factores de riesgo y la definición de casos. Para marzo de 1983, ya se habían reportado más de 1200 casos de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), con 450 muertes y una tasa de mortalidad superior al 60% en el primer año después del diagnóstico(2-3). Aunque la causa del SIDA era desconocida, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos y CDC, publican las primeras recomendaciones para prevenir la enfermedad(4). En el mismo año en la revista Science se implica a un retrovirus como agente etiológico del SIDA, aislado de un ganglio linfático de un varón homosexual con linfadenopatía generalizada, que lo denominaron Virus Citopático Asociado a Linfadenopatía (LAV)(5). En otra publicación, describen un retrovirus morfológicamente similar, T linfo trópico ( HTLV III), aislado en 26 de 72 pacientes con SIDA(6). Posteriormente se crean técnicas diagnósticas, entre éstas, tres tipos de serologías para detectar anticuerpos contra HTLV III/LA: un ensayo de inmuno absorción ligado a enzimas (ELISA)(7-8), un ensayo de inmuno precipi- tación (RIPA) de LAV y la determinación de anticuerpos contra antígenos virales por la técnica de Western Blot(9). Como dato importante se logró ais- lar el HTLV III, de muestras de sangre, semen y saliva de individuos con presencia de anticuerpos