Resumen
A partir de entrevistas realizadas a hombres gays cisgénero con vih que viven en Mérida, Yucatán, analizo el nexo entre políticas de riesgo, discursos científicos y sus prácticas sexuales. La evidencia científica de que la reducción de la carga viral hasta niveles indetectables evita la transmisión del vih ha cambiado el panorama de la prevención, toda vez que el riesgo en las prácticas sexuales sin condón ya no es valorado de la misma manera. Si bien el régimen de poder-saber conformado en torno al vih y el sida se basa en una constante actualización del conocimiento científico, las políticas de riesgo vigentes todavía dan cabida a un enfoque prescriptivo de la prevención. Los hombres gays con vih en Mérida enfrentan el estigma de pertenecer a “grupos de riesgo”, sus prácticas sexuales son juzgadas con un código moral que los responsabiliza de su salud y la de sus parejas sexuales. Su comportamiento, además, pretende ser regulado por una ethopolítica que ha vuelto norma el uso del condón. A fin de comprender las políticas de riesgo desde la mirada de estos hombres, exploro cinco procesos relacionados con la vivencia de su sexualidad: 1) asumir su orientación sexual, 2) asimilar el diagnóstico de vih, 3) adquirir conocimientos acerca del vih y el sida, 4) revelar o no revelar el diagnóstico y 5) usar o no usar condón en sus prácticas sexuales. Concluyo que los hombres gays en Mérida consideran legítima su búsqueda del placer y han elaborado una ética que resignifica las categorías de dicho código moral. Decisiones como revelar el diagnóstico y usar condón son susceptibles de negociación y se toman considerando el criterio ético de que cada persona es responsable de su propia salud y su propio cuerpo.