Resumen

Introducción y objetivos: La soledad se reconoce cada vez más como un determinante clave de salud, vinculada con desenlaces clínicos, psicológicos y sociales desfavorables. La resiliencia aparece como un factor potencialmente protector. La soledad y la resiliencia no están suficientemente estudiadas en la población VIH. El objetivo de este estudio es identificar la prevalencia de soledad y grado de resiliencia en esta población, y analizar sus asociaciones con características clínico- demográficas. Métodos: Adultos con capacidad para firmar consentimiento informado y auto rellenar las encuestas del estudio en seguimiento en la Paz-Carlos III, entre junio y julio 2025. La soledad se evaluó mediante la escala UCLA 20-items y la resiliencia con la escala de Connor-Davidson 25-items. Se recogieron variables sociodemográficas y clínicas. Se realizaron análisis descriptivos, univariantes y multivariantes para explorar asociaciones entre soledad, resiliencia y las variables recogidas. Resultados: Se incluyeron 230 participantes, media de edad de 53 años, viviendo con VIH una media de 21 años con buen control virológico en la mayoría, 83% varones y 30% migrantes. El 30% mostró baja percepción de soledad en la escala UCLA, el 48% percepción moderada y el 22% mostró alta percepción de soledad. El 35% presentaba baja puntuación en resiliencia, el 16% alta resiliencia y el 48% obtuvo puntuaciones intermedias en la escala de Connor-Davidson. Se observa una relación inversa moderada y estadísticamente significativa entre la puntuación total de soledad y resiliencia (R = -0,53, p < 0,001, fig.). Un menor nivel educativo (estudios primarios vs. universitarios) se asoció de manera significativa a mayor percepción de soledad y menor resiliencia. En los análisis multivariantes, ninguna variable demográfica o clínica (sexo, edad, estatus migratorio, nivel estudios, modo transmisión VIH, tiempo de infección VIH y tiempo de TAR, situación inmunovirológica) mantuvo asociación significativa con soledad o resiliencia tras el ajuste. Conclusiones: La soledad y la resiliencia son fenómenos prevalentes, pero no universales, en adultos con VIH, sin diferencias detectables según edad, sexo, situación migratoria o variables clínicas en esta cohorte. El nivel educativo se perfila como factor clave: mayor formación parece proteger frente a la soledad y favorecer la resiliencia. Intervenciones orientadas a reducir la soledad y potenciar la resiliencia en personas con VIH deberían tener en cuenta el contexto educativo como clave para la estratificación y el diseño de estrategias individualizadas. Estos hallazgos subrayan la necesidad de integrar evaluaciones psicosociales y recursos de soporte adaptados al perfil educativo de las personas con VIH.