Resumen
La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) afecta al sistema inmunológico de los pacientes, destruyendo progresivamente a los linfocitos CD4+ y favoreciendo con ello el desarrollo de infecciones oportunistas (IO). La terapia de mantenimiento o profilaxis secundaria, una vez que el paciente ha superado una IO aguda, se ha mostrado eficaz para prevenir las recurrencias . Una mejor comprensión de la patogénesis de la infección por el VIH ha demostrado la necesidad de una terapia antirretrovírica agresiva y altamente eficaz (TAAE) en la mayoría de los pacientes para así suprimir la replicación vírica y con ello prevenir el desarrollo de resistencias y ayudar a la recuperación del sistema inmunológico. Las consecuencias de la reconstitución inmune incluyen la disminución de la incidencia de IO (y en ocasiones la resolución de las mismas), una marcada reducción del riesgo de recidivas y quizá con ello de la necesidad de profilaxis secundaria en no pocos casos .El Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos (USPHS) y la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA) continúan siendo muy cautelosas al respecto. De hecho, en su guía editada en 1999 sólo propugnan la supresión de profilaxis secundaria para el caso de enfermedad por citomegalovirus . Sin embargo, no existen razones específicas para presuponer que en un futuro inmediato esta práctica no se vaya a extender a otras IO, tal y como está ocurriendo en el caso de la neumonía por Pneumocystis carinii (NPC) . Ésta es, en cualquier caso, una parcela de conocimiento no consolidada y por ello sometida a frecuentes cambios, lo que demanda continuas actualizaciones de pautas de actuación. Las que a continuación se exponen se circunscriben a la profilaxis secundaria de las IO más frecuente en adolescentes y adultos, excluyendo a las gestantes. (Introducción extraída del artículo)