Resumen
La infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y su manifestación clínica, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), constituyen un grave problema de salud pública por sus consecuencias sanitarias, económicas, psicológicas y sociales. La desnutrición es común en las etapas avanzadas de la enfermedad y es una condición que disminuye la capacidad funcional del organismo afectado, y, por tanto, que aumenta la mortalidad, pero, a la vez, un estado nutricional inadecuado hace más susceptible a un individuo a la infección por VIH. Por ello, es preciso realizar intervenciones nutricionales que deben ser tempranas e individualizadas, con una vigilancia periódica y sostenida. La terapéutica nutricional disponible es muy amplia -desde complementos nutricionales hasta nutrición enteral y parenteral. Las intervenciones nutricionales llevadas a cabo en enfermos de VIH/SIDA han contribuido, junto con el tratamiento con TAR, programas de educación nutricional y una detección y evaluación tempranas, a disminuir las tasas de morbi-mortalidad asociadas al virus del VIH, contribuyendo a la consecución de los ODS.