Resumen
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA)
continúan representando uno de los principales problemas de salud que enfrenta la sociedad actual. En
el presente estudio centraremos nuestro interés en conocer cómo se desarrollan las estrategias alimentarias
en el reconocimiento y enfrentamiento con el diagnóstico de VIH. Identificar qué valor le atribuyen
y registrar si esto, facilita u obstaculiza el proceso de aceptación e incorporación del VIH en la vida
cotidiana. Para lo anterior, se realizaron entrevistas semiestructuradas a nueve personas y se orientaron
a recuperar la experiencia del VIH. Los resultados muestran que los hábitos alimentarios, no se refieren
únicamente a los productos que los informantes comían en los horarios correspondientes, sino que también,
se debe considerar los factores de urbanización, así como los gustos y preferencias alimentarias de
cada informante, por ello, es un ámbito que reúne importantes contradicciones en la incorporación de la
condición de seropositivo, y en la adherencia al medicamento, así, aunque la experiencia cotidiana de
comer es un comportamiento imprescindible y necesario que constituye el aspecto nodal e insustituible
no sólo para vivir, sino también para una buena salud, es un elemento importante para identificar la
forma en cómo se construye e interpreta el mundo.