Resumen

Asistimos a un discurso sobre el fracaso de la prevención en HSH, y la realidad es que sigue practicándose mucho el sexo sin condón. Las nociones de seguridad y sexo no son necesariamente opuestas. Muchas campañas sobre sexo seguro son fuertemente moralistas y han producido una reacción en los HsH, una revuelta contra los intentos de moralización. Una concepción muy categórica y rígida del sexo seguro puede tener como resultado los riesgos, los olvidos y las omisiones. Ahora que a la homosexualidad ya no se le considera una perversión o una anormalidad, y el sida ya no es temido como una pena de muerte, la aparición de estos nuevos personajes (barebackers), que siembran alarma con una supuesta liberación de las prácticas del sexo inseguro, conduce a una nueva forma de patologizar la homosexualidad y sus practicas. Hay una falsa visión que vincula la práctica del sexo sin condón con el libertinaje sexual o con la indiferencia frente el riesgo, cuando se trata más bien de gente que toma decisiones sobre los grados de riesgo que está dispuesta a aceptar en el contexto de una epidemia cambiante. Diversificar, sofisticar y adecuarse a las distintas realidades de los HsH y de sus prácticas debe ser la forma de hacer prevención sin caer en el alarmismo, ni en la homofobia. Algunos de estos aspectos serian: -Generalización del acceso a la prueba en sus diferentes variables, aumentar su acceso y su diversificación. -Minimizar los riesgos que se corren en el sexo sin protección. Adecuación de la información a las prácticas concretas y al estado serológico de las personas que lo practican sin patologizar ni moralizar. -Intervenir en la red, ya que es en esta donde se producen la mayoría de contactos que re claman sexo sin protección. Recuperar y lograr la conciencia comunitaria, el vínculo social que se pierde con internet. Buscar la colaboración de los gestores de webs, para que introduzcan banners, links, o secciones específicas sobre la salud sexual de los HsH.