Resum
En cuarenta años desde la aparición del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), la biomedicina no ha conseguido abatir la pandemia y como resultado, existen grupos poblacionales históricamente ignorados en esta problemática, en donde la incidencia de casos ha aumentado considerablemente. Es crucial adoptar un enfoque holístico que considere las experiencias culturales y emocionales
para promover la autonomía entre las personas envejecidas. El estudio de las trayectorias corporales permite reconocer las experiencias diversas en torno al diagnóstico, tratamiento, significación y reflexión sobre la vida cotidiana con VIH durante el proceso de envejecer. Las trayectorias corporales revelan cómo las
personas resisten y negocian las normas sociales impuestas, los estigmas en torno a las dos condiciones y la forma en que se pueden construir identidades colectivas disidentes. En la vejez con VIH, se desafían las normas establecidas y se resisten
las narrativas de estigmatización; la representación del género influye en cómo las personas mayores enfrentan y se recuperan de las dificultades asociadas al VIH, ofreciendo un marco para la redefinición de la identidad. La promoción de la
salud sexual, puede convertirse en la base para la movilización colectiva, donde la solidaridad y la colectivización de las luchas por una construcción de otras identidades. El cuerpo viejo como un cuerpo disidente simboliza una ruptura con los estereotipos negativos sobre la vejez y la enfermedad, reinterpretando el
envejecimiento como una etapa de empoderamiento.