Resum
Introducción. El VIH es un problema sanitario de innegable trascendencia en nuestro país. Un aspecto fundamental para el descenso de la tasa de incidencia anual es evitar el retraso en el diagnóstico trabajando sobre el hábito de todos los médicos en solicitar la serología. Material y métodos. Se envió una encuesta por correo electrónico a todos los médicos clínicos del Hospital Universitario Fundación Alcorcón en el año 2012, repitiéndose en el año 2015. Comparamos los datos obtenidos en ambas ocasiones, en función de especialidad y años de experiencia de los encuestados mediante el SPSS versión 17.0. Resultados. Se enviaron 563 encuestas (98 respuestas, participación 17,4 %). De los participantes, 57,1% eran mujeres, con 13,4 (± 9,7) años de media de ejercicio de la medicina. El 65,3% eran médicos adjuntos (participación del 15, 5%) y 34,7 % residentes (participación del 22,8%). Destacó la colaboración de Medicina Interna (23,5%), seguida de Medicina de Familia y C. (7,1%) y Ginecología (6,1%). El 81,6% de los encuestados, había solicitado la serología en alguna ocasión el último año, de los cuales el 43,8% lo había hecho más de diez ocasiones. El 24,5% consideraba oportuno solicitarla a la mayoría de los pacientes que acudiesen al hospital por cualquier motivo y únicamente el 14,3% la solicitaría a todo ciudadano entre 18 y 65 años (estrategia opt-out). El 77,6% la solicitaría a todo paciente que declarase promiscuidad sexual, el 86,7% a todo paciente con eventos definitorios de SIDA y el 72,4% en caso de que el paciente lo solicitase. Sólo el 4,1% no consideraba necesaria la solicitud en ninguno de los casos planteados. No hubo diferencias significativas entre especialidades médicas o quirúrgicas en el número ni en la frecuencia de serologías solicitadas en el último año, aunque las especialidades médicas solicitaron con más frecuencia a la mayoría de los pacientes sin serología previa (21% frente a 3% NS) y a todo paciente entre 18 y 65 años (11% frente a 3% NS). Los residentes la solicitaron con más frecuencia que los adjuntos (85,3 % vs 79,7% NS) pero los adjuntos la solicitaron de forma más repetida que los residentes (>10 veces, el 58,8 % vs 17,2 %) (p=0,01). Respecto a la encuesta de 2012, se observa una mayor tendencia a solicitar la serología en caso de promiscuidad sexual en 2015 (58% en 2012 vs 77,6%) (p=0,002). La estrategia opt-out fue más apoyada en 2012 (21,3% vs 14, 3%,NS). El resto de parámetros resultó bastante similar, salvo por una mayor participación de residentes en la encuesta en 2015 (23,2% vs 37,4%).
Conclusiones Existe un leve aumento en el hábito de solicitar la serología VIH especialmente entre los nuevos profesionales y en pacientes con conductas de riesgo. Sin embargo aún queda mucho por hacer respecto a la sensibilización de los médicos en la importancia de la realización de la serología VIH.