Resumen
El artículo intenta cubrir tres objetivos. En primer lugar, tomar conciencia de que trabajamos con personas con sus biografías y no con casos protocolizados. Lo que trae el paciente es solo la punta del iceberg. Nuestra mirada debe dirigirse a la parte profunda y oculta de la persona y que, con mucha frecuencia, él no contará. Estas partes consultas tienen que ver con las relaciones personales y laborales, con el estigma social, con el mundo de las emociones y de la sexualidad, con la intimidad de las personas y de las parejas. Por todo esto debemos darnos cuenta de la importancia de escuchar y validar, a fin de llenar de significado el encuentro profesional-paciente. Es una oportunidad para que nuestras biografías se enriquezcan a través de un encuentro deliberativo en el que se reformulen significados, valores y creencias.